Una crisis vecina.
Autoconvocados por redes sociales y con apoyo de partidos opositores, se maniofiestan en las ciudades más importantes del país para pedir un cambio. La Presidenta difundió un video en el que remarca que actualmente se puede reclamar en las calles con libertad. Hoy se cumplen 30 años del regreso del país a la democracia.
Decenas de miles de brasileños
salieron hoy a las calles en ciudades de todo el país para protestar
contra la presidenta Dilma Rousseff y, en muchos casos, para pedir su
salida del gobierno.
Las multitudinarias manifestaciones coinciden con la conmemoración de los 30 años de restitución de la democracia en el país, tras una dictadura militar que se prolongó durante 21 años. Hay marchas en ciudades como Río de Janeiro, Sao Pablo, Brasilia, Minas Gerais, Fortaleza y Salvador de Bahía, entre otras de las más importantes. Fueron convocadas a través de las redes sociales y sin identificación con organizaciones políticas, aunque contaron con apoyo manifiesto de distintos partidos de la oposición.
Vestidos de verde y amarillo, los colores de la bandera brasileña, los manifestantes mostraban pancartas que pedían un cambio político e incluso la destitución de la presidenta Rousseff, a la que acusan fundamentalmente por el escándalo de sobornos otorgados por directivos de la gigante petrolera estatal Petrobras. En la investigación están salpicados 54 políticos, tanto delgobierno como de los partidos de la oposición, entre ellos los presidentes de las dos cámaras del parlamento.
En contrapartida a la convocatoria realizada para hoy, el viernes pasado se habían organizado manifestaciones en apoyo del gobierno en muchas ciudades, organizados por sindicatos, agrupaciones de estudiantes y de maestros.
En esa ocasión, además del respaldo a la continuidad de Dilma, se escucharon también algunas voces de oposición a un posible ajuste por la difícil situación económica actual del gigante del Mercosur.
Poco antes del inicio de las movilizaciones en todo el país, Rousseff publicó un video en su página oficial de Facebook en el que defiende el derecho a "actividades espontáneas" y recordó que en otros tiempos "no era posible organizar protestas en las calles" de Brasil. "Quién se manifestaba terminaba directamente en prisión o,
peor aún, se la tildaba de subversiva", dijo la presidenta, quien durante la dictadura militar (1964-1985) fue detenida y torturada en la cárcel.
"Creo que Brasil debe defender manifestaciones libres, pero, al mismo tiempo, debe asegurar que sean pacíficas", agregó en su mensaje.
Desde su entorno, muchos dirigentes salieron a acusar de golpistas a los organizadores de las marchas de hoy.
Las multitudinarias manifestaciones coinciden con la conmemoración de los 30 años de restitución de la democracia en el país, tras una dictadura militar que se prolongó durante 21 años. Hay marchas en ciudades como Río de Janeiro, Sao Pablo, Brasilia, Minas Gerais, Fortaleza y Salvador de Bahía, entre otras de las más importantes. Fueron convocadas a través de las redes sociales y sin identificación con organizaciones políticas, aunque contaron con apoyo manifiesto de distintos partidos de la oposición.
Vestidos de verde y amarillo, los colores de la bandera brasileña, los manifestantes mostraban pancartas que pedían un cambio político e incluso la destitución de la presidenta Rousseff, a la que acusan fundamentalmente por el escándalo de sobornos otorgados por directivos de la gigante petrolera estatal Petrobras. En la investigación están salpicados 54 políticos, tanto delgobierno como de los partidos de la oposición, entre ellos los presidentes de las dos cámaras del parlamento.
En contrapartida a la convocatoria realizada para hoy, el viernes pasado se habían organizado manifestaciones en apoyo del gobierno en muchas ciudades, organizados por sindicatos, agrupaciones de estudiantes y de maestros.
En esa ocasión, además del respaldo a la continuidad de Dilma, se escucharon también algunas voces de oposición a un posible ajuste por la difícil situación económica actual del gigante del Mercosur.
Poco antes del inicio de las movilizaciones en todo el país, Rousseff publicó un video en su página oficial de Facebook en el que defiende el derecho a "actividades espontáneas" y recordó que en otros tiempos "no era posible organizar protestas en las calles" de Brasil. "Quién se manifestaba terminaba directamente en prisión o,
peor aún, se la tildaba de subversiva", dijo la presidenta, quien durante la dictadura militar (1964-1985) fue detenida y torturada en la cárcel.
"Creo que Brasil debe defender manifestaciones libres, pero, al mismo tiempo, debe asegurar que sean pacíficas", agregó en su mensaje.
Desde su entorno, muchos dirigentes salieron a acusar de golpistas a los organizadores de las marchas de hoy.
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