Se pensavas que a única
coisa que as plantas nos podiam dar era oxigénio, estás muito enganado.
Plantas que produzem eletricidade são uma das energias renováveis em
investigação.
O investimento em formas alternativas e
amigas do ambiente de produzir energia elétrica continua acelerado, e
enquanto modalidades como a energia solar e eólica se desenvolvem
rapidamente pelo mundo, cientistas ainda investigam novas formas de
produção de energia. A produção de energia elétrica através de plantas vivas é uma das formas.
Não é novidade que é possível produzir
energia elétrica através das plantas, mais concretamente do solo onde
elas vivem, exemplo disso é um relógio criado com este sistema e os painéis solares que parecem canteiros.
Investigadores holandeses criaram também
uma tecnologia para produzir energia a partir da atividade biológica de
plantas e bactérias. O Plant-e, como o projeto é chamado, foi testado com sucesso num jardim da Universidade de Wageningen. A área verde de 15 m² e foi capaz de carregar a bateria de um smartphone.
Cerca de 70% da matéria orgânica produzida na fotossíntese não é utilizada pelas plantas, sendo eliminada através das raízes. O mecanismo aproveita esta matéria orgânica que, em contacto com as bactérias à volta das raízes, produz uma quantidade enorme de eletrões, posteriormente libertados.
Apesar dos valores ainda serem baixos,
os investigadores acreditam que, no futuro, este mecanismo poderá
produzir até 3,2W por m², capacitando um telhado verde de 100 m² com as ferramentas necessárias para abastecer uma casa com um consumo médio de 2800 kWh por ano.
(Agora em espanhol)
Plantas que producen corriente, un sueño que cobra vida
2015 11:31
Wageningen, Pays-Bas. Que
un arrozal produzca electricidad noche y día para una aldea recóndita
de Asia es un sueño que cobra forma en Holanda con un sistema que genera
corriente utilizando plantas que crecen en medios saturados de agua.
"El principio consiste en que la planta produzca más energía de la que necesita", explica a la AFP Marjolein Helder, al frente de Plant-e, una compañía radicada en Wageningen (este de holanda).
"La ventaja de este sistema con relación al eólico o al solar -explica- es que funciona incluso por la noche y cuando no hay viento".
Fundada en 2009, Plant-e comercializa y perfecciona un sistema imaginado por investigadores de la universidad de Wageningen y patentado en 2007.
El sistema permite producir electricidad siempre que las plantas crezcan en un medio saturado de agua, ya sea a gran escala, como en un manglar, un arrozal o un pantano, o simplemente en un jardín.
"Está en sus comienzos y todavía hay que mejorar mucho pero su potencial es enorme", estima Jacqueline Cramer, profesora de innovación sostenible de la universidad de Utrecht y antigua ministra de Medio Ambiente de Holanda.
"Si este sistema acaba siendo eficiente, es posible imaginar el suministro eléctrico a zonas recónditas e incluso instalarlo en nuestras ciudades y en el rural para producir energía verde", añade.
La tecnología se basa en la fotosíntesis, con la que la planta produce materia orgánica. El excedente que no utiliza lo desprende en el suelo a través de las raíces, alrededor de las cuales viven microorganismos que se alimentan de ella y liberan electrones.
Colocando electrodos de carbono cerca de las raíces, "se recolectan" estos electrones y se puede generar corriente. Producir electricidad mediante las plantas no es algo nuevo, "pero aquí no necesitamos dañarlas", recalca Helder.
Si el agua se congela o se evapora el sistema deja de funcionar. "Pero basta con añadir agua o con que el hielo se derrita para que vuelva a ponerse en marcha", asegura Helder.
Un camino largo
Plant-e vende actualmente su sistema, sobre todo para lugares públicos o tejados de edificios. Para cubrir una superficie de 100 m2 costará 60 mil euros.
Pero el producto estrella todavía no está listo. Se trata de un sistema en forma de tubo que podrá sumergirse en un medio saturado de agua.
El campo de aplicación potencial es enorme, sobre todo en el sudeste asiático, rico en arrozales y humedales y donde el acceso a la electricidad es difícil.
Según cifras del Banco Mundial, menos de la mitad de la población de Camboya (31%) y de Birmania (49%) tiene acceso a la electricidad. En otros países como Bangladesh (55%) o Laos (66%) los porcentajes también son bajos.
A Plant-e todavía le queda mucho camino por recorrer. Por el momento sobrevive gracias a subsidios, pero tiene que reducir los costes y sobre todo mejorar mucho la eficacia.
Actualmente, una instalación del sistema en 100 m2 permite cargar un smartphone, encender una serie de bombillas LED o alimentar una antena wifi, estima Helder.
Dentro de "algunos años", Plant-e espera producir 2 mil 800 kilovatios por hora con la misma superficie, es decir alrededor del 80% de las necesidades en electricidad de una pareja holandesa.
Para probar la tecnología a mayor escala se han instalado dos sistemas de 100 m2 cada uno, por un costo total de 120 mil euros, en un puente y en un polo económico gracias al apoyo de las autoridades locales.
"El principio consiste en que la planta produzca más energía de la que necesita", explica a la AFP Marjolein Helder, al frente de Plant-e, una compañía radicada en Wageningen (este de holanda).
"La ventaja de este sistema con relación al eólico o al solar -explica- es que funciona incluso por la noche y cuando no hay viento".
Fundada en 2009, Plant-e comercializa y perfecciona un sistema imaginado por investigadores de la universidad de Wageningen y patentado en 2007.
El sistema permite producir electricidad siempre que las plantas crezcan en un medio saturado de agua, ya sea a gran escala, como en un manglar, un arrozal o un pantano, o simplemente en un jardín.
"Está en sus comienzos y todavía hay que mejorar mucho pero su potencial es enorme", estima Jacqueline Cramer, profesora de innovación sostenible de la universidad de Utrecht y antigua ministra de Medio Ambiente de Holanda.
"Si este sistema acaba siendo eficiente, es posible imaginar el suministro eléctrico a zonas recónditas e incluso instalarlo en nuestras ciudades y en el rural para producir energía verde", añade.
La tecnología se basa en la fotosíntesis, con la que la planta produce materia orgánica. El excedente que no utiliza lo desprende en el suelo a través de las raíces, alrededor de las cuales viven microorganismos que se alimentan de ella y liberan electrones.
Colocando electrodos de carbono cerca de las raíces, "se recolectan" estos electrones y se puede generar corriente. Producir electricidad mediante las plantas no es algo nuevo, "pero aquí no necesitamos dañarlas", recalca Helder.
Si el agua se congela o se evapora el sistema deja de funcionar. "Pero basta con añadir agua o con que el hielo se derrita para que vuelva a ponerse en marcha", asegura Helder.
Un camino largo
Plant-e vende actualmente su sistema, sobre todo para lugares públicos o tejados de edificios. Para cubrir una superficie de 100 m2 costará 60 mil euros.
Pero el producto estrella todavía no está listo. Se trata de un sistema en forma de tubo que podrá sumergirse en un medio saturado de agua.
El campo de aplicación potencial es enorme, sobre todo en el sudeste asiático, rico en arrozales y humedales y donde el acceso a la electricidad es difícil.
Según cifras del Banco Mundial, menos de la mitad de la población de Camboya (31%) y de Birmania (49%) tiene acceso a la electricidad. En otros países como Bangladesh (55%) o Laos (66%) los porcentajes también son bajos.
A Plant-e todavía le queda mucho camino por recorrer. Por el momento sobrevive gracias a subsidios, pero tiene que reducir los costes y sobre todo mejorar mucho la eficacia.
Actualmente, una instalación del sistema en 100 m2 permite cargar un smartphone, encender una serie de bombillas LED o alimentar una antena wifi, estima Helder.
Dentro de "algunos años", Plant-e espera producir 2 mil 800 kilovatios por hora con la misma superficie, es decir alrededor del 80% de las necesidades en electricidad de una pareja holandesa.
Para probar la tecnología a mayor escala se han instalado dos sistemas de 100 m2 cada uno, por un costo total de 120 mil euros, en un puente y en un polo económico gracias al apoyo de las autoridades locales.
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